En ocasiones los testigos pueden mentir, o pueden estar confundidos y relatar algo que no sea cierto. Algunos piensan que esto es imposible y que los testigos siempre dicen la verdad y nunca se equivocan, siempre que digan lo que a ellos les guste. Esta noticia es de esas que nos hace ver, que habeces pueden darse situaciones absurdas y hasta cómicas con un supuesto testigo de algo extraordinario.
Ese fue el caso que le ocurrió a María Alonso de Ponferrada. Quien afirmaba a gritos que a su marido lo había matado un platillo volante. Despúes de pasados los primeros momentos de alarma y confusión, se vió que el marido de María había sido alcanzado y herido, no de importancia, por el aro de la rueda de un camió, que ronpió a la vez las ventanas del tercer piso de una de las casas vecinas. Esta noticia aparecía en el periódico "Imperio - 29 Marzo de 1958" y en el periódico "Solidaridad Obrera - 24 de Abril de 1958"